En una vereda de la hermosa comarca de Kindemia vivía doña Eliza dueña de Lulú la madre de Lucas y quien se la pasaba de casa en casa en busca de un jugoso hueso.
Cierto día Lulú salío de su casa para realizar el recorrido habitual, llegada la noche Lucas la esperaba en desesperada angustia más que la de doña Eliza quien se preguntaba ¿Qué pasará con Lulú?. Despúes de tres días se daba por entendida la desgracia, pues muy cerca de la casa formaban anillo las aves de rapiña en el profundo firmamento.
Y de Lulú solo se hallaba su mojado y mal oliente ropaje que cubria unos pocos huesos , más, Lucas guiado por su instinto animal forcegeaba con las aves de rapiña un trozo de dicho manjar.
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